martes, 1 de mayo de 2007

Blancos o morenos

El interior del local estaba en penumbra.Luces puntuales,halógenas y certeras sobre las bebidas de la barra y una voz femenina que acariciaba el sonido de saxofón.Flotaba,languido,el humo de tabaco de algunos clientes.Olia a perfume barato,a decadencia y a soledad.Sin que nadie lo oyera el ronquido del fracaso se percibía como el mal olor.Molestaba.
De fondo se oia un lance amoroso disputado en uno de los reservados que la sala ofrecía a sus clientes.Quizá una transacción económica o,¿quien sabe?,una primera cita que transcurría exitosa.
Lucas,este también es un nombre falso,bebía una Mirinda de fresa al final de la barra.En su mano jugueteaba,alegre,una moneda y su mirada se perdía en el escote de la camarera.Empezaba a hacerse tarde y la persona con la que estaba citado no aparecía.Las posibilidades de que le hubiera tocado la lotería primitiva y estuviera de viaje camino a algún paraíso fiscal eran mínimas pero,bueno,cosas mas raras suceden.
Una chica entro al local,se rodeo de la penumbra reinante mientras se acercaba al final de la barra.Era alta,pelo negro y ojos verdes,edad indeterminada entre los 28 y los 29 años,imposible precisar.Un tipejo hundido en un sillón del fondo se la quedo mirando con ojos de lujuria,el vaso se le resbalo de las manos ,efecto de la sorpresa y del melocotón que llevaba criando un rato.
La morena se sentó junto a Lucas.
-Creía que no venias.-le dijo después de darle la mano.
-¿No crees que esto suena a novela barata de detectives?.-le devolvio ella.
-Quizá,pero es la verdad.
-Bueno,ya estoy aquí.Cuentame cosas.-le dijo la mujer y le hizo una seña a la camarera para que la atendiera.
-Veras,Manolo,necesito de tu consejo.Estoy planteando adquirir unas gallinas ponedoras...
La chica se sobresalto.Obviamente hablaban en clave pero ella era consciente de la gravedad de lo dicho.
-Ellos,¿lo saben?
-No,de momento solo he hablado con el que vende los piensos en la carretera,no me he atrevido a dar ningún paso mas.
Lucas estaba nervioso.Sabia de la trascendencia de lo que iba a hacer.Su vida corría un grave peligro.
Ella mantenía el rictus marcial.
-Solo te voy a hacer una pregunta y quiero que seas sincero.
-Sabes que siempre lo soy.-le dijo Lucas mientras la moneda se detenía en su mano.
-Los huevos,¿blancos o morenos?
La tensión aumentaba vertiginosamente.Un par de segundos de silencio que se hicieron eternos y una respuesta coincidiendo con el final de la canción.
-Morenos.
En ese momento ella supo que la cosa iba a complicarse.

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