sábado, 1 de marzo de 2008

escorpio

La luz de la farola descansaba en mi espalda con la languidez típica de una cascara de plátano podrida.Era de noche y el frió me acompañaba en mi trayecto nocturno.No paseaba al perro por placer, ya que detesto esas bestias peludas.Era una excusa.Si,ya se que esto no queda muy bien pero es un trauma de mi niñez.Cuando apenas contaba nueve meses me atropelló un repartidor de comida para perros.No fue tanto el impacto que,al fin y al cabo,fue amortiguado por unos pañales prominentes,de la época,acolchados y abundantes.Más bien la sensación de ridículo al verme entre croquetas y pelotitas de colores apagados y textura arenosa,bueno,tampoco creo que el relato sobre mi vida de espía necesite esta aclaración histórica sobre mi soledad al pasear,de noche y con frío.
La tapadera proporcionada por la FILIAL empezaba a resquebrajarse y mi vida corría peligro.La gente recelaba de un taller para naves espaciales dado el poco tráfico existente de ese tipo de vehiculos por la zona circundante.Me había visto obligado a engrasar cadenas de bicicletas para disimular y a pesar de ello no las tenia todas conmigo.El otro día,para mi sorpresa, acudió al taller una rubia con una vespino para que le pusiera un retrovisor que tenía roto.Me dijo que repartía pizzas y había rozado con un coche fúnebre.Me llamó la atención que la trajera ella misma y no alguien de la empresa de restauración a domicilio.Más aun me extraño que me pidiera trabajo cuando,es evidente,muevo menos negocio que el muñeco del semáforo.La miré con sorpresa,analizando al detalle su aspecto.Tras un par de minutos de observacion deduje dos cosas :que estaba como un queso y que de nada me había servido el curso acelerado de espía de CCC con el que accedí a la FILIAL..Únicamente lo evidente llegó hasta mi:era joven y delgada y nada inocente.Con su mirada me invitaba a quitarle la ropa,a comerme su camiseta y luego toda ella.Si,ya sé que mi narración no necesita recorrer estos trazos cargados de apasionado frenesí pero es que cada vez que la recuerdo siento un calor que me sube y me agita.
Por un instante sospeché que quiza se tratara de alguien enviado para saber de mi actividad.!era tan extraña la situación¡,más enseguida deseché esa idea pues,y no sabría muy bien porqué,su presencia no me resultaba tan inesperada.En algún rincón de mi cabeza resonaba su visión y, aunque lo único que quería era que se marchara pronto, por otro lado,por el sitio donde guardo algo de malicia,por si las moscas,esperaba descubrir algo de importancia suficiente para justificar el trance en el que me hallaba inmerso.
Me contó que su trabajo de repartidora era arriesgado y que le apetecía aprender algo de mecánica.Reconoció que no esperaba cobrar mucho y era consciente de los malos tiempos que corríamos a nivel económico pero la enseñanza sería considerada por ella como parte del salario a percibir.Mientras me recitaba su curriculum yo seguía mirando su delgado cuello y aprecié entonces,hasta ahora no lo había visto,como un asomo de tatuaje puntiagudo,como la cola de un dragón quizá,escalaba junto a su clavícula.Hubiera dado cualquier cosa por ver el resto del tatuaje y ella se dio cuenta.
.-Es un escorpión.Un animal venenoso y dañino.¿Quieres verlo?
No me dejo responderle.Mi temple de agente secreto se desvanecia en la ladera de un volcan que amenazaba con teñir el cielo de rojo lava mientras ella iba desabrochando los botones más próximos a su cara.Sin tiempo para respirar observe un escorpión que escondía parte de su cuerpo bajo un sujetador negro y delicado. Inmediatamente ,y sin esperar ningún comentario por mi parte,volvió a taparse.
.-
Bueno,te dejo mi numero de telefono y me llamas con lo que sea.Te agradecería que me dieras esa oportunidad.Ya te he dicho que no espero cobrar mucho pero si aprender todo lo que me puedas enseñar.
Adoptó una pose inocente y sus palabras carecian de maldad asi que le di la respuesta alli mismo.
.-
Está bien.Si te parece empiezas mañana o cuando hayas arreglado la situación laboral en tu empresa te vienes.Te haré un contrato de prueba y el tiempo dira´.
Le tendí la mano y ella la aceptó.
.- Gracias,no te arrepentirás.
Entonces hizo algo que aun recuerdo perplejo y asustado.Se volvió a desabrochar la camisa.Dejó al descubierto el sujetador negro y lo abrió metiendo las manos,con pericia,como siempre hacen las mujeres,y pude ver el escorpión al completo.Sobre su pecho hermoso y joven,sobre su cuerpo firme y hambriento.
. .-Es el recuerdo de un dolor muy grande.Algún día espero poder contartelo.
Se vistió y se marchó.No la volví a ver hasta hace una semana.

Y ahora la estaba esperando,de noche,con frio y un puto perro que me sirva de excusa.Por si las moscas.

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